Rebobinar como movimiento de revolver, así he llegado hoy aquí de nuevo, encontrando aquello que hizo que este rinconcito a menudo olvidado mantenga la resistencia para no desaparecer, conservando visible la punta del hilo de donde poder tirar para ver el comienzo, entonces no puedo mas que sonreír , la mente juega a veces malas pasadas cuando se aleja de la realidad, de la propia cotidianidad, en 2010 escribí:
Los retos como desafíos personales siempre han provocado en mí cierta atracción, he realizado algunos, sin embargo siempre existen ciertos rincones donde a una el reto le provoca cierto retroceso, quizás por sospechar la posibilidad de derrota, y convertirme en reincidente. Así llega este espacio , como un desafío personal a la constancia, o mejor a no dejar de hacer aquello que me apasiona , cocinar, escribir, fotografiar,.......Mi reto personal, elegido voluntariamente y sin coacción alguna es mantener al menos una entrada quincenal durante un año.
una entrada quincenal durante un año....fue un hermoso deseo mental teniendo en cuenta el frenético ritmo de mi vida entonces y ......
pero como decía mi abuela - vaya si eres cabezota - así de nuevo, sin coacción alguna , sin expectativas, decido retomar el reto, para no dejar de hacer aquello que me emociona, escribir,compartir...
hoy lo hago desde un escrito que una mujer tras su parto me regaló,
no se a quien pertenece, pero me alegra encontrarlo ahora, habitando en mis...
.... plumas penas
recuerdo que he sido muchas mujeres
he sido todas las mujeres de todas las épocas, de eso estoy segura la sangre que corre por mis venas es un testimonio vivo de que llevo escrito en mi todo el linaje matricial y maternal
Me llaman de la tribu de los pájaros porque nunca me importo volar por encima de las circunstancias, como la sabiduría de un anciana, después, naufragué sin rumbo en un barco pirata esperando que el alma ganara a batalla contra el ego, las arenas del desierto calentaron mi piel.
casi me seco de tanto patriarcado
de hecho me quemaron en la hoguera hace tiempo, pero yo cojo mis anteojos y mis pseudo-ojos y mi tercer ojo si hace falta...y vuelo agitando mis plumas penas.....que para eso soy mujer de la que dicen de la tribu de los pájaros...
me invento cada paso porque si no me aburriría y entiendo que la creadora habita en mí como la destructora
lentamente estoy regresando a casa y el olor del salitre me avisa de que estoy cerca...parece que el corazón se me salga del sitio, tanta felicidad no puede ser cierta he muerto tantas veces...... que cada vez me parezco mas a una mujer libre.
(del libro como agua para chocolate)
INGREDIENTES:
12 rosas, (rojas, si es posible)
12 castañas
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de fécula de maíz
2 gotas de esencia de rosas
2 cucharadas de anís
2 cucharadas de miel
2 ajos
6 cordonices
Tita apretaba las rosas con tal fuerza contra su pecho que, cuando llegó a la cocina, las rosas, que en un principio eran de color rosado, ya se habían vuelto rojas por la sangre de las manos y el pecho de Tita. […]De pronto escuchó claramente la voz de Nacha, dictándole al oído una receta prehispánica donde se utilizaban pétalos de rosa. Tita la tenía medio olvidada, pues para hacerla se necesitaban faisanes y en el rancho nunca se habían dedicado a criar ese tipo de aves.
Lo único que tenían en ese momento era codornices, así que decidió alterar la receta, con tal de utilizar las flores. […]
Sin pensarlo más salió al patio y se dedicó a perseguir codornices. Después de atrapar a seis de ellas las metió a la cocina y se dispuso a matarlas, […]
Después de desplumadas y vaciadas las codornices, se les recogen y atan las patas, para que conserven una posición graciosa mientras se ponen a dorar en la mantequilla, espolvoreadas con pimienta y sal al gusto.
Es importante que se desplume a las codornices en seco, pues el sumergirlas en agua hirviendo altera el sabor de la carne. Este es uno de los innumerables secretos de la cocina que sólo se adquieren con la práctica. […]
Ya que se tienen los pétalos deshojados, se muelen en el mocajete junto con el anís. Por separado, las castañas se ponen a dorar en el comal, se descascaran y se cuecen en agua. Después, se hacen puré. Los ajos se pican finamente y se doran en la mantequilla; cuando están acitronados, se le agregan el puré de castañas, la miel, la pithaya molida, los pétalos de rosa y sal al gusto. Para que espese un poco la salsa, se le pueden añadir dos cucharaditas de fécula de maíz. Por último, se pasa por un tamiz y se le agregan sólo dos gotas de esencia de rosas, no más, pues se corre el peligro de que quede muy olorosa y pasada de sabor. En cuanto está sazonada se retira del fuego. Las codornices sólo se sumergen durante diez minutos en esta salsa para que se impregnen de sabor y se sacan." (L. Esquivel)
12 rosas, (rojas, si es posible)
12 castañas
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de fécula de maíz
2 gotas de esencia de rosas
2 cucharadas de anís
2 cucharadas de miel
2 ajos
6 cordonices
1 pithaya (fruta tropical)Preparación:
"Se desprenden con mucho cuidado los pétalos de las rosas, procurando no pincharse los dedos, pues aparte de que es muy doloroso (el piquete), los pétalos pueden quedar impregnados de sangre y esto, aparte de alterar el sabor del platillo, puede provocar reacciones químicas, por demás peligrosas. […]Tita apretaba las rosas con tal fuerza contra su pecho que, cuando llegó a la cocina, las rosas, que en un principio eran de color rosado, ya se habían vuelto rojas por la sangre de las manos y el pecho de Tita. […]De pronto escuchó claramente la voz de Nacha, dictándole al oído una receta prehispánica donde se utilizaban pétalos de rosa. Tita la tenía medio olvidada, pues para hacerla se necesitaban faisanes y en el rancho nunca se habían dedicado a criar ese tipo de aves.
Lo único que tenían en ese momento era codornices, así que decidió alterar la receta, con tal de utilizar las flores. […]
Sin pensarlo más salió al patio y se dedicó a perseguir codornices. Después de atrapar a seis de ellas las metió a la cocina y se dispuso a matarlas, […]
Después de desplumadas y vaciadas las codornices, se les recogen y atan las patas, para que conserven una posición graciosa mientras se ponen a dorar en la mantequilla, espolvoreadas con pimienta y sal al gusto.
Es importante que se desplume a las codornices en seco, pues el sumergirlas en agua hirviendo altera el sabor de la carne. Este es uno de los innumerables secretos de la cocina que sólo se adquieren con la práctica. […]
Ya que se tienen los pétalos deshojados, se muelen en el mocajete junto con el anís. Por separado, las castañas se ponen a dorar en el comal, se descascaran y se cuecen en agua. Después, se hacen puré. Los ajos se pican finamente y se doran en la mantequilla; cuando están acitronados, se le agregan el puré de castañas, la miel, la pithaya molida, los pétalos de rosa y sal al gusto. Para que espese un poco la salsa, se le pueden añadir dos cucharaditas de fécula de maíz. Por último, se pasa por un tamiz y se le agregan sólo dos gotas de esencia de rosas, no más, pues se corre el peligro de que quede muy olorosa y pasada de sabor. En cuanto está sazonada se retira del fuego. Las codornices sólo se sumergen durante diez minutos en esta salsa para que se impregnen de sabor y se sacan." (L. Esquivel)
https://www.youtube.com/watch?v=Xvagrq9CjLE
Coni.